Las industrias y los procesos industriales en general tienen potencialmente mucha capacidad de mejora energética y por lo tanto mejora de los costes asociados a dicho ahorro. Una de las primeras medidas recomendadas en el sector industrial es la realización de una auditoría energética. Esta trae consigo numerosos beneficios, entre los cuales se mencionan los siguientes:
- Reducir el consumo de energía y el coste de producción.
- Aumentar la competitividad de la empresa en el sector
- Conocer el rendimiento energético de las instalaciones
- Optimización de los procesos de producción para reducir el consumo de energía
- Identificación de los costes de producción y asignar consumos energéticos a cada producto.
- Crear conciencia en el personal de la fábrica, aplicando las buenas practicas en el uso de la energía.
- Aprovechar energías residuales de los procesos.
- Reducir las emisiones de agentes contaminantes al medio ambiente, mejorando la imagen de la empresa.
Respecto al coste que implica realizar una auditoría, cabe señalar que significa una pequeña parte comparada con los ahorros alcanzables como resultado de llevara a cabo. En cualquier caso una auditoría energética es una herramienta eficaz para poder cuantificar y valorar dónde realizar la inversión para obtener los mejores resultados.
También hay que señalar, que existen organismos estatales que subvencionan parte de estos trabajos, como también parte de la adquisición de equipos derivados de las mejoras propuestas en la auditoría.