Un edificio energéticamente eficiente es aquel que minimiza el uso de energía, a fin de ahorrar y hacer un uso eficaz y racional de la energía disponible (sea convencional o renovable). La eficiencia energética surge del cociente entre la energía necesaria por un proceso industrial o edificio y la energía realmente consumida:
Un edificio concreto con unas mismas condiciones de confort, tiene una determinada demanda de energía. Para proporcionar esa misma demanda de energía se puede hacer de muy diversas formas. En la medida que la energía consumida sea cada vez menor, aumenta la eficiencia energética de las instalaciones del edificio. Dicho de otra manera, hay calderas que tienen peor rendimiento y por lo tanto desperdician más energía que no es aprovechada (calderas de baja eficiencia energética).
Al igual que ocurre con las calderas, todos los sistemas de producción energética, distribución y consumo de energía pueden ser más o menos eficientes.
La eficiencia energética es la directriz que marca el camino a seguir a la hora de diseñar cualquier instalación o sistema; sea un edificio, un proceso industrial o cualquier sistema.