Viviendas a base de contralaminado en Sesma

Sesma es un municipio de la Comunidad Foral de Navarra, situado en la Merindad de Estella.

En una parcela entre medianeras, situada en ladera con caída hacia el sur se han construido dos viviendas a base de contralaminado. Esta construcción innovadora es fruto de una sinergia entre tres equipos, el estudio de arquitectos, la empresa Madergia y Acimuth. La razón de ser de este trabajo colectivo radica en el objetivo de realizar una estructura que permita un aprovechamiento de las vistas y evite un soleamiento excesivo contando a la vez con unas instalaciones de energía renovable.

Se llega a la eficiencia energética a través de parámetros bioclimáticos, fundamentalmente se ha puesto mucha atención al aislamiento térmico e instalaciones, buscando que la envolvente fuera estanca y fuertemente aislada para reducir las pérdidas y ganancias de calor.

Los clientes se han decantado por este tipo de arquitectura debido a su salubridad, rapidez y control de costos.  El sistema de climatización funciona mediante impulsión de aire precalentado permitiendo recuperar energía.

 

Las viviendas diseñadas y ejecutadas con una excelente calidad, consiguen reducir la demanda de energía anual a valores bajos del orden de 40kWh/m2año, lo cual puede suponer una tercera parte de la energía que demandan habitualmente las viviendas de esta tipología. La calificación energética de las mismas es máxima, consiguiendo una calificación “A” gracias sobretodo a la reducción de la demanda de energía, pero también al sistema de aerotermia que proporcionar la calefacción demandada. En cualquier caso, si hablamos no ya de consumo de energía, sino de “la huella ecológica” que tiene una vivienda o edificio en general, estas viviendas tienen una mochila de CO2 considerablemente más baja que cualquier construcción del entorno, no solo por la baja demanda de energía del edificio y la buena eficiencia energética de las instalaciones, sino sobretodo por los materiales de construcción utilizados.

La madera, en comparación con otros materiales, supone un elemento clave para reducir la mochila de CO2 de una construcción. Los kilos de madera utilizados en los cerramientos de estas viviendas, acumulan el CO2 que los árboles absorbieron para su crecimiento. No solo hablamos de viviendas de bajo consumo de energía, sino de viviendas más sostenibles.

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